Mercadillos y compras en Bangkok

El eslogan de una cerveza nicaragüense decía algo así: «Viste como si llevaras corona; paga como si usaras sombrero«. Algo de eso puede aplicarse a Bangkok y sus mercadillos, aunque si has estado hace tiempo por aquí te dará la sensación de que ya no todo es un chollo (o quizá es que cada vez tenemos menos dinero, que igual los tiros van por ahí).

Aún así, regateando todavía puedes comprar camisetas por dos euros, pantalones por tres, sandalias por otros tres, pañuelos por 50 céntimos y mucho más. Pero lo mejor es que dándote una vuelta por allí no te aburrirás: quedarte mirando sin más la vida del mercadillo -los carritos de comida pasando como pueden entre turistas y puestos, las vendedoras montando y desmontando sus espacios a la velocidad del rayo, el juego del regateo, las conversaciones entre vecinas de puestos -aunque no entiendas el idioma puedes intuir si hablan de sus cosas, del turista, del género o del tiempo- es un buen pasatiempo.

Los tienes a montones, en cualquier esquina de casi cualquier calle, aunque puede que estos tres sean de los más famosos:

– Mercadillo de fin de semana de Chatuchak.

Se llega en metro -tiene una parada justo allí- y es gigante (unos dicen que tiene 10.000 puestos, otros que 15.000, así que si hacemos caso a la media aquí despliegan su género cada sábado y domingo unos 12.000 vendedores). Y tienes de todo: ropa, sandalias, artesanía, cuadros (uno de los callejones es algo parecido a una galería de arte a cielo abierto), muchísimos puestos de comida y bebida…

Es muy turístico pero a nosotros nos gustó porque, a pesar de ello, te encuentras con precios de salida bastante más razonables que en otros conocidos mercados de Bangkok. Y también porque el ambiente en estas calles los fines de semana es muy festivo (en muchas zonas hay música e incluso bares con DJs). Allí nos encontramos a Fernando Andrés, un cocinero de Logroño que protagoniza un espectáculo muy admirado por aquí: preparar paellas gigantes. Sólo lleva unos cuantos meses (antes tenía un restaurante en Bangkok), pero en este tiempo se ha convertido en toda una atracción turística, en parte por el buen humor del tipo, que sonríe y se hace fotos junto al que se lo pida con una enorme sonrisa. Un fenómeno.

– Mercado nocturno de Patpong.

Está en la zona de Silom, y hace años era una visita casi obligada si pasabas por Bangkok. Ahora nos pareció que estaba de capa caída. Quizá porque los precios han subido mucho (los de salida son parecidos a los que encontrarías en España, o incluso más altos), y aunque se puede regatear, a no ser que el vendedor haya tenido una mala noche y quiera vender sí o sí no es fácil conseguir gangas (o estuvimos poco finos, que también puede ser).

– Mercado nocturno de Suan Lum.

Está junto al parque Lumpini -una de las paradas del metro-, y aunque lleva abierto menos tiempo que los otros dos, por lo que nos contaron está desbancando al Patpong. Igual que en este, junto a él hay decenas de puestos de comida y bebida, además de un escenario donde tocan grupos locales.

Cámaras y ordenadores

Bangkok también es un buen lugar para hacerse con un equipo fotográfico si puedes gastarte algunos ahorros (encontramos cuerpos de cámaras profesionales por la mitad de lo que valen en España) y con todo tipo de herramientas informáticas (ordenadores, tabletas…).

Uno de los centros que merecen la pena si necesitas algo de lo anterior a muy buen precio es el Pantip Plaza, que además es el paraíso del pirateo: en 10 minutos copian el programa de ordenador que necesites por 3 euros.

También están los famosos mercados flotantes, mercados de flores, mercados al por mayor, mercados de artesanías… Un paraíso de compras.

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