De ruta por las plantaciones de té de Munnar

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Plantaciones de té en Munnar

Una de las razones de visitar Kerala era ver esas inmensas plantaciones de té que crean laberintos verdes sobre los que de vez en cuando se distinguen los colores de los pañuelos de los recolectores. Ellos, pero sobre todo ellas – casi todos los recolectores que vimos eran mujeres- trabajan en los pequeños caminos que se abren paso en esa especie de alfombra gigante y verdosa, en la distancia que separa una hilera de cultivo de otra, tan estrecha que sólo cabe una persona. Y allí, con un saco a sus espaldas que sujetan con un pañuelo atado a la cabeza, recogen las hojas de té desde la madrugada hasta muy entrada la tarde.

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Valle de Munnar

Dicen que sus sueldos son tan bajos que apenas les da para comer pero hay pocas alternativas de empleo en la zona. La otra posibilidad es dedicarse al turismo que está empezando a crecer en los últimos años, y debido precisamente al atractivo de la naturaleza de Munnar. De hecho las cuatro horas de trayecto desde Cochin merecen la pena no sólo por las paradas que puedes hacer en el camino, de las que os hablamos en el post sobre el baño de los elefantes. También, o sobre todo, por el paisaje que lleva más de un siglo formando parte del estado de Kerala.

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Plantaciones de té en los alrededores de Munnar

Los alrededores del pueblo de Munnar

Para ver ese paisaje que parece un mar de color verde -con olas, porque resulta que una de las condiciones para que el té crezca sin problemas es que se plante sobre terrenos inclinados, nunca llanos- no hace falta más que recorrerse los alrededores de Munnar, en donde la multimillonaria Tata tiene parte de sus plantaciones. De hecho también «tiene» pequeños pueblos -aunque no son de su propiedad, la gente de la zona habla de ellos como si lo fueran-: en esas aldeas construyó casas para los trabajadores, creando una especie de miniciudades laborales donde todos los residentes son -o eran- empleados de la compañía.

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Elefante salvaje en

Las mejores vistas están a solo 3 kilómetros del pueblo de Munnar, en lo alto del valle, a unos 1.700 metros de altura. Por allí es frecuente ver elefantes salvajes que campan a sus anchas, otro aliciente más para darse una vuelta por la zona. Pero hay más opciones: Anayirangal, Chinnakanal -tiene fama de tener unas cataratas preciosas de las que no os podemos contar nada porque había que elegir trayecto y lo dejamos para otra vez-, Mattupetty… Si os apetece conocer bien cualquiera de estas zonas, los trekkings son muy buena opción -los vecinos de la zona ejercen de guías y lo que haga falta-.

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Puesta de sol en Munnar

En cuanto al propio Munnar, la verdad es que es más un punto logístico para dejar la mochila y dormir que un pueblo atractivo. Una curiosidad: si tenéis antojo de tomaros una cervecita mientras atardece –la puesta de sol es uno de los momentos del día que más puntos se lleva en Munnar– tendréis que ir a una especie de tienda que hay algo alejada de la carretera principal. La reconoceréis rápido porque está cubierta de rejas, y es el único lugar del pueblo donde venden alcohol. Y para los que queráis saber un poquillo más de la historia del té en Munnar (y el papel de la compañía Tata en ello), un Museo del té con antigüedades relacionadas con las herramientas de trabajo del siglo pasado que no es para tirar cohetes pero tampoco está mal darse una vuelta por allí.

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